La casa se emplaza sobre una gradería, para evitar cualquier problema de crecida del río, con una vista estupenda desde el jardín. El proyecto incluye características habituales de nuestra arquitectura, como los espacios amplios y las teatinas que dirigen la luz a la sala de doble altura. Pero, por otro lado, se trata de una obra atípica ya que se toma la decisión de tener un techo inclinado y dejar este espacio de doble altura con la balconada.